lunes, 17 de junio de 2013

Hagamos un poco de Historia
  •  Egipto y China Antigua
Historia de los Payasos


El arte de lo cómico, existe desde hace miles de años. Un payaso, enano actuaba ya como bufón en la corte del Faraon Dadkeri Assi durante la Quinta Dinastía Egipcia sobre el año dos mil quinientos a.c. Los bufones, de la Corte han actuado en China desde 1818 a.c. A lo largo de la historia la mayoría de las culturas han tenido payasos. Cuando Cortez conquisto la Nación Azteca, descubrió que en la Corte de Montezuma había bufones parecidos a los europeos. "Fools aztecas" payasos enanos y bufones jorobados, estuvieron entre los tesoros encontrados que trajo a su vuelta al Papa Clemente VII.

Bufones
Los payasos que actuaban, como bufones de corte tenían gran libertad de palabra y crítica. A menudo eran los únicos que podían expresarse contra las normas sociales o del gobierno, e incluso su humor podía llegar a afectar y cambiar la política del gobierno. Sobre el año 300 a.c. el Emperador Chino Shih Huang-Ti reviso la construcción de la Gran Muralla China. Miles de trabajadores, eran asesinados o morían de cansancio durante su construcción.

El emperador planeaba también, pintar el muro lo que hubiera provocado la muerte de otros muchos miles. Su bufón, Yu Sze, fue el único que se atrevió a criticar su plan. Yu Sze, bromeando lo convenció para que abandonara su idea de pintar el muro. Yu Sze, es recordado hoy en China como un héroe nacional. Uno de los más famosos bufones de las cortes Europeas fue Nasir Ed Din.

Un día el rey se vio en el espejo, y triste por lo viejo que se veía, empezó a llorar. Los demás, miembros de la corte decidieron que lo mejor que podían hacer era llorar también. Cuando el rey paro de llorar, todos pararon de llorar, excepto Nasir Ed Din. Cuando, el rey le pregunto a Nasir porque el continuaba llorando, el replico, "Señor, tu te has visto a ti mismo en el espejo solo por un momento y has empezado a llorar. Yo te veo todo el tiempo".
No poseemos datos exactos ni tenemos la certeza de quién fue el primer payaso de la historia. Sin embargo, conocemos antecedentes muy remotos que nos dan una idea de la existencia de estos personajes en la antigüedad.
Hace unos cuatro mil años, en la antigua China, un bufón llamado Yusze, servía en la corte del emperador Chiiu Shih huang-ti, a quien se debe la construcción de la gran muralla china. Desde esta época ya le sería otorgado a este personaje un privilegio que le será reconocido a lo largo de la historia: el poderse burlar del rey, hacerle sugerencias, e influir contundentemente en sus decisiones, aunque este beneficio debía ser ejercido con tacto y cautela, pues de sobrepasarse o equivocarse, nuestro chistoso personaje podía pagar con su propia vida. Se sabe que para construir la muralla china fue necesario que muchas personas sacrificaran su vida. El emperador, no contento con esto, tuvo la idea de pintarla, con lo cual todo el pueblo se estremeció pero sólo el bufón Yusze se atrevió a sugerirle, medio en broma medio en serio, que no lo hiciera y el emperador al fin cedió, ahorrándose con ello muchos años de trabajo y muchas más muertes.
En otras partes de oriente aparecieron los "Lubyet ",o "hombres frívolos", que caminaban y tropezaban llevando parasoles haciendo una pésima imitación de los miembros de la realeza.
En Malasia surgen los "P´rang" que llevaban enormes turbantes, mascaras de carrillos abultados, y colores extravagantes sobre las cejas.


Grecia

Ya hace cerca de unos 2000 años, en
 Grecia, los payasos irrumpen en lo que podría ser denominado como el antecedente de las atelanas, tradición seguida por los romanos en la que se presentaba una obra teatral y los payasos aparecían en los intermedios, o al final, interpretando una propia versión cómica de la obra. Homero nos habla también de Tersites, que divertía a los guerreros griegos en las retaguardias de las áreas de combate y Virgilio relata las fiestas del Ager, en las que personajes enmascarados, o maquillados, improvisaban diálogos humorísticos y representaban costumbres populares.
 Un Cristiano le pagó a Filemón para que fuera al templo y ofreciera por el sacrificio y, estando apunto de hacerlo, el payaso se percató de que el también era cristiano y se negó a realizar el sacrificio. Con pesar de todo el pueblo Filemón fue ejecutado y hoy, por su inquebrantable fe y valentía, es reconocido como santo: San Filemón.
Desde un comienzo estos payasos fueron patrocinados por los patricios, gentes adineradas que disfrutaban de los espectáculos ambulantes de bufones, entre los que se contaban algunas mujeres.
Cuando el emperador romano se convierte al
 cristianismo, desaparecen los teatros y, con ellos, las famosas atelanas que también se interpretaban en calles o plazas romanas. Entonces los payasos se ven obligados a errar por las plazas y mercados de los diferentes países europeos, convirtiéndose en seres nómadas.
  • Roma
    Dentro de los payasos romanos se hicieron famosos Cicirro, que usaba una máscara con cresta de gallo y actuaba como tal, cacaraqueando y batiendo brazos a guisa de alas, y Estúpido, que llevaba un traje de parches y un gorro puntiagudo. Filemón fue querido por todo el pueblo y es famosa su anécdota: el emperador obligaba a los cristianos a hacer sacrificios a los dioses y, si el cristiano se negaba, era sentenciado a
     muerte

  • Edad Media
  • La edad media y los bufones de las cortes.
    Por aquel entonces se celebraba la feria en los principales distritos rurales. Una feria podía durar semanas enteras, la gente vendía, compraba y miraba los espectáculos ofrecidos. En este ámbito aparecen los personajes que serían conocidos como "gleemen", en
     Alemania y Escandinavia, y como "jonglenrs", en Francia. Eran hombres atléticos y fuertes, acróbatas, cantantes, músicos y entrenaban perros, osos y caballos y hasta conejos que tocaban tambor con las patas.
    Otro payaso cumplía una
     función muy simpática: debía mantener a raya al público que, dispuesto a manera de círculo, observaba los diferentes espectáculos y, principalmente, el del mimo. Entonces el payaso pasaba cerca al público y, golpeándole en broma, ya fuera con una estaca con un globo atado a uno de sus extremos o una escoba, gritaba pidiendo espacio para recitar sus trovas.
    El surgimiento de los llamados bufones "tontos" se da en las cortes de la edad media, aunque más que ser realmente tontos por lo general eran todo lo contrario y, con mucha astucia, ejecutaban su papel de socarrones. Generalmente usaban crestas, al igual que Cicirro, o gorros con orejas y cascabeles. Lucían vestidos coloridos y brillantes y portaban los "marrotes"o bastones que tenían las empuñadoras talladas con la cabeza de un bufón. Aunque el papel de los bufones y payasos generalmente estaba limitado a la servidumbre, hay
     evidencias de que algunos gozaban de un trato familiar por parte de sus amos. Triboulet, bufón del rey francés Francisco I, era llevado a las campañas militares, pero el ruido de los cañones le asustaba tanto que generalmente se escondía debajo de una cama. En una ocasión fue amenazado de muerte y, al poner en aviso a su rey, éste le respondió que no se preocupara, que si aquel hombre 
    se atrevía a matarlo sería asesinado media hora después. Entonces Triboulet, mirando preocupado al rey, respondió: "¿No podrás hacerlo ejecutar media hora antes?".
    Jeffery Hudson, un hombrecillo de menos de medio metro de altura, fue el último bufón de la corte de
     
    Inglaterra. En una ocasión, mientras el rey Carlos I y la reina Enriqueta María estaban comiendo con el duque de Buckingham, y ya se disponían a cortar un enorme pastel traído por los sirvientes, Jeffery salió de éste dando brincos.
    Como "alegres consejeros" se les conocía a los bufones en Alemania, porque dentro de sus agudas observaciones incluían sabios consejos.

    Commedia dell'Arte
     

    Un antecedente: la Comedia del
     Arte.
    Durante los siglos XVI y XVII, se hace célebre, en
     Italia, un nuevo estilo teatral inspirado en la atelana romana. En la comedia del arte los personajes eran siempre los mismos y sólo variaban los argumentos, que generalmente eran construidos por parlamentos inventados sobre la marcha, improvisando, por los mismos personajes de acuerdo con su carácter. A calles y plazas acudían personajes de diferentes partes de Italia. Con el tiempo, el uso de un atuendo o disfraz permanente, haría que estos fueran identificados por el público con suma facilidad:
    Arlequín lleva un disfraz de parches en forma de rombos y, algunas veces, un antifaz o un tricornio en la cabeza; Brighella va vestido de blanco y verde; Polichinela ( cuyo nombre proviene de Paolo Chinelli, uno de los primeros representantes de la farsa del
    s XVI) viste de blanco y con gorro puntiagudo y el Doctor lleva un atuendo negro y unas mascara de mejillas rojas.
    Arlequín era un sirviente muy pobre, pero ambicioso, y por lo general se metía en líos, por lo que era apaleado. A su amo, un mercader avaro llamado Pantalón, no le gustaba que Arlequín pretendiera a su bella hija, Colombina, y evitaba a toda costa que su bello retoño se viera con su sirviente. Entretanto, éste odiaba a Brighella que, al ser más corpulento e inteligente que Arlequín, lucía siempre una máscara de ojos rasgados y sonrisa astuta.
    Polichinela o Pulcinello era un astuto matón que portaba un garrote, para darle una zurra a quien no compartiera sus ideas. El doctor, amigo de pantalón, era un borrachín ( por eso llevaba las mejillas rojas) que unas veces se desempeñaba como médico, y otras como abogado o
     profesor, y siempre lanzaba arengas sobre temas insulsos, dándose aires de hombre culto. Otro personaje, Capitán, se la pasaba alardeando sobre sus hazañas y su furia, pero realmente era un cobarde.
    Más tarde, en Francia, aparecería Pierrot. Triste y de cara blanca, sería otro eterno enamorado de Colombina y, como veremos más adelante, influirá de manera decisiva en la conformación del payaso moderno, que surge con la desaparición de la comedia del arte y la ascensión del circo moderno, cuando vemos a un Pierrot romántico y enamorado de la luna, una luna solitaria, porque su amada, Colombina ha desaparecido para siempre de la escena.

Arlequín
Origen del nombre y del personaje
El origen de Arlequín está en Hellekin o Helle-kin que era un reflejo diablesco del dios Odín (padre de todos en la mitología escandinava). Era el personaje principal y satánico del Car-navalis o Carrus-navalis de las fiestas del equinoccio de primavera, fiestas que duraron hasta el siglo XIII en Flandes y Alemania. En ellas se recordaba las entradas de los vikingos.[3

Arlequín (Arlecchino en italiano) es uno de los personajes clásicos de la Commedia dell’Arte (‘comedia del arte’), aparecido en Italia en el siglo XVI, cuya tradición se remonta en el tiempo a la Edad Media. Su traje estaba hecho de rombos multicolores —los cuales en un principio eran remiendos que representaban la pobreza, ya que Arlequín no es más que un Zanni astuto— pero con el tiempo fue estilizándose hasta convertirse en un traje atractivo y elegante. Llevaba una máscara negra de nariz respingona. Representaba a un criado bufón, astuto y muy avaro. A veces tenía el comportamiento de un niño caprichoso. Su interés consistía casi siempre en buscar comida y en la compañía de las mujeres.[1]
Fue empleado en muchas piezas de Comedia dell’Arte, apareciendo como un personaje masculino indispensable dentro de ellas. Su función es la de un valet cómico, siendo conocido por su sentido del humor. Contrariamente a Brighella, hace piruetas y acrobacias.
Arlequín desempeña el rol de servidor humilde, como en El servidor de dos amos (de Carlo Goldoni) suelen verse como comodines en los naipes. Puede ser el enamorado de Colombina, y por consiguiente un rival para Pierrot. En Francia aparece en la época de Molière, cambiando sus características, quedando incluso como un sirviente ingenuo y sensible, como en la Isla de los esclavos.

Zanni
Zanni es el típico sirviente de la Commedia dell'arte.[1] El nombre es la pronunciación dialectal veneciana de Gianni, a su vez sobrenombre de Giovanni. Zanni es asimismo el origen de la palabra "zany" en inglés.
Zanni es un hombre mayor, empobrecido y contratado como sirviente de alguno de los otros personajes, típicamente por Pantalone. El disfraz de Zanni consistía en pantalones y un blusón blanco holgado. Llevaba una máscara negra similar a la llevada por su descendiente más popular, Arlecchino. Su comportamiento es una imitación cómica de aquel de los pobladores rurales empobrecidos de Bérgamo que fueron forzados a mudarse a Venecia para poder ganarse la vida. Como tal, sus intereses no siempre coinciden con los de su amo. Sus metas principales son su propio confort y la satisfacción de varios deseos inmediatos.
En períodos posteriores el personaje cayó en desuso y la palabra Zanni pasó a referirse a toda la categoría de personajes cómicos de sirvientes, originalmente estos eran: Arlequín, Polichinela, Brighella y Colombina.

Brighella
Brighella debe su nombre a su carácter pendenciero, insolente y rencoroso. Es uno de los Zanni de la Commedia dell'arte.

Brighella es el compañero de Arlequín, y ambos han nacido en Bérgamo. Brighella no es sólo un sirviente (como Arlequín), sino que realiza innumerables otras profesiones más o menos legítimas, por lo que siempre se encuentra entre las diversas intrigas. Los elementos característicos del personaje son su disponibilidad y la agilidad de su mente para el engaño. Es intrigante, muy inteligente y sin escrúpulos. Brighella también es un tipo mentiroso, cuenta cuentos con la confianza y la convicción de que es casi imposible distinguirlos de la verdad. También es muy hábil en el canto, tocar y bailar.
Se muestra con chaqueta y pantalones decorados con rayas verdes. La capa es blanca con dos franjas verdes, la máscara y el sombrero son negros. se parecen mucho a los arlequines.

Colombina
Colombina es un personaje de la Commedia dell'Arte. Se trata de una criada.
Viste con un traje ajado y lleno de petachos y no lleva máscara. En ocasiones, bajo el nombre de Arlequina, puede llevar un traje similar al de Arlequín. Es característico su denso maquillaje alrededor de los ojos y el hecho de llevar un tamborcillo con el que rechaza los intentos de acoso sexual

A menudo se trata del único personaje sensato de la comedia. Colombina ayuda a su señora, la
 innamorata, a ganarse el afecto de su verdadero amor, a base de manipular a Arlequín y contra Pantaleón.

Pierrot
Pierrot es un protagonista de la comedia del arte (Commedia dell'Arte), nacida en Italia a finales del siglo XVI. El nombre de Pierrot es un galicismo que deriva del personaje italiano de la Commedia dell’arte, Pedrolino, uno de los primeros zanni. Fue interpretado por Giovanni Pellesini, actor de la compañía Gelosi.
El personaje llegó a Francia, donde pasó a formar parte del repertorio de las compañías francesas con el nombre de Pierrot, gracias al aporte de Giuseppe Geratoni, que fue el primero en introducirlo, el 1673. A pesar de todo, el primer gran Pierrot fue un italiano, Fabio Antonio Sticotti (1676-1741). El personaje fue perfeccionado por su hijo Antonio-Jean Sticotti (1715?-1772), que lo exportó a Alemania.
Los Sticotti reinventaron y dieron nueva vida a este personaje, adaptándolo al gusto de los franceses y, después, del público de las cortes europeas. De hecho, la versión francesa de Pierrot perdió las características de astucia e ironía propias de los zanni para acabar siendo un mimo triste, enamorado de la luna.
El mimo Jean-Gaspard Debureau (1796-1846) representó el Pierrot ochocentista en el Theâtre des Funanbules. La vida de Debureau inspiró el personaje de Baptiste -interpretado por Jean-Louis Barrault- en la película Les enfants du paradis del director de cine francés Marcel Carné.
Debureau estableció las características que, en adelante, definirían la iconografía del Pierrot.También se les llama payaso Blanco, Carablanca, Enharinado y Listo. Suele ir maquillado de blanco y enfundado en un elegante vestido brillante. De apariencia fría y lunar, representa la ley, el orden, el mundo adulto y la represión -características que no hacen sino realzar el protagonismo del augusto.

A menudo se trata del único personaje sensato de la comedia. Colombina ayuda a su señora, la
 innamorata, a ganarse el afecto de su verdadero amor, a base de manipular a Arlequín y contra Pantaleón.

Bufón
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Se llama bufón al truhan o gracioso que con sus palabras, acciones y chocarrerías tenía por oficio hacer reír a los poderosos y hacerles llegar a la realidad riéndose de ellos y haciéndoles sentir como una persona más del mundo. Según algunos se les llama así porque, entre las gracias que hacían durante sus actuaciones, se añadía un ruido como de bufido. Mayormente solía ser gente con unas características físicas anormales, fuera de lo habitual: jorobados, enanos, etc, y se solían reír de ellos más por sus defectos que por sus chistes y devaneos.
Se piensa que los bufones son exclusivos de la
 Edad Media y comienzos de la Moderna, pero lo cierto es que siempre ha habido cómicos que han vivido de sus gesticulaciones, chistes, muecas o bromas para la corte real y su entorno, más o menos frívolo y palaciego.
Historia
Grecia y Roma
En Grecia y Roma ya figuran los bufones haciendo su papel. En Grecia, los atenienses no desdeñaban oír a los más viles bufones en los mismos teatros en que se presentaban a la vista y admiración del público las creaciones de Sófocles y de Eurípides.
En Roma, las obras de muchos autores cómicos y no pocos pasajes de las de
 Marcial, Séneca y Suetonio -confirmadas plenamente por pinturas halladas en Pompeya- demuestran el gusto con que el pueblo romano llegó a escuchar a los bufones. La afición a tal tipo de gentes hubo de crecer en Roma a compás que las costumbres se corrompían y que aumentaba el amor al lujo y al desenfreno por la ostentación, causando cada vez mayor deleite y siendo buscadas con mayor empeño las monstruosidades físicas, morales e intelectuales: enanos, gigantes, deformes, etc. La costumbre creó el tráfico y éste llegó a ser tan enorme que se hizo en Roma un mercado especial para esta clase de mercancías. Cuando los provechos de dicha industria aumentaron de modo considerable, los orientales se dedicaron a la confección de monstruos y enanos.
En Pompeya, se han hallado vasos etruscos con la forma de estos desgraciados engendros que servían de entretenimiento a una sociedad corrompida.
 Augusto, deseoso de que el pueblo participara del placer de ver uno de estos monstruos hizo exhibir un joven llamado Licino que no tenía más de 6 dm de altura, no pesaba más de 8 kg y que poseía una voz estentórea. Galba, Capitolino y Cecilio se hicieron grandes reputaciones como bufones a los cuales alcanzó la sátira de Marcial. Aun sin contar con los que aparecían en los escenarios de los teatros, tenía el pueblo sus bufones que le divertían en las plazas y en los puntos concurridos de las calles siendo política de los emperadores alimentar estos gustos para distraer a la gente apartándola de los asuntos importantes y de Estado. Las rivalidades de Pilades y Batilio, dos mímicos famosos alcanzaron carácter de cuestión de orden público a tal punto que Augusto se vio obligado a desterrar al primero.
El mundo pagano legó los bufones al cristiano, pudiéndose seguir sus huellas en el
 Digesto, en Isidoro de Sevilla y otros historiadores de la época. En el siglo V comienzan ya a recibir el nombre de juglares. Más pronto los bufones se diferenciaron de los cantores de amor que con el laúd al hombro recorrían los castillos, hecho que quedó patente cuando Rodolfo de Habsburgo desterró a los juglares de su corte conservando no obstante a su lado a su bufón Capadoxo.
Edad Media
Bufón
El uso y mantenimiento de los bufones se había introducido entre los señores y reyes de la Edad Media y desde los primeros tiempos de ésta, como lo prueba el hecho de que Atila llevaba uno en sus correrías. Cada castillo tenía su bufón y llegaron a adquirir verdadera importancia. Se les vio en Alemania tomar parte en las conspiraciones, en las guerras, en las fiestas de aquella época caballeresca, sobrepasando con frecuencia en valor a los más ilustres caballeros. Kurtz van den Rosen, uno de los cómicos de Maximiliano penetra en la prisión de su amo y le salva a fuerza de valor y serenidad. No es extraño que los sacerdotes consagrasen sentidas oraciones fúnebres a estos antiguos payasos.
Algunos bufones llegaron a adquirir títulos de nobleza y bastantes cualidades de hidalgos. Como favoritos de los grandes y de los reyes se hallaba su existencia sujeta a muchas vicisitudes, no siendo caso único el del bufón de Margarita de Navarra que, después de haber gozado durante muchos años del amor de la princesa, muerta su favorecedora murió a su vez en la mayor miseria. No faltó entre sus chistes ejemplos de sutileza e ingenio, siendo sobre todo notable que las verdades que los más íntimos de los reyes no se atrevían a pronunciar brotaban a veces de manera normal y corriente de labios de los bufones.
El más célebre de todos, tanto en
 Francia como en Italia donde existieron gran número por la fastuosidad de las cortes y su variedad y el refinamiento de las costumbres, fue Triboulet que amenizó con sus gracias la corte de Francisco I de Francia y en cuyas supuestas desgracias se inspiró Víctor Hugo para hacerle protagonista de su trágico drama El rey se divierte, sobre el que luego compuso Verdi su 
Rigoletto.
En España, aun cuando en menor medida que en otros países, hubo también bufones. Aunque siempre fueron mirados con el desafecto natural a una profesión que, muchas veces, conducía a un favoritismo de baja estofa, germen de malas acciones y hasta de crímenes. Espías públicos de los palacios son los bufones y los que más estragan sus costumbres, dijo
 Saavedra Fajardo en sus Empresas y Quevedo en sus Zahurdas, en parte especial y señalada colocó a los bufones. Los bufones de la corte de Felipe IV fueron retratados con singular maestría por Velázquez imbuyéndoles de gran dignidad y porte aristocrático, entre ellos la enana Mari Bárbola que será uno de los bufones más famosos por figurar retratada en primer término en Las Meninas.
Juglar
Un juglar era un artista del entretenimiento en la Europa medieval Europa Medieval, dotado para tocar instrumentos musicales, cantar, contar historias o leyendas.
Se diferenciaban de los trovadores por sus orígenes más humildes, por tener como propósito entretener y no ser autores de sus versos, porque generalmente eran copias de versos de trovadores arreglados por ellos mismos, aunque sí existían algunos que componían sus propias obras, solían ser de amor, batallas, aventuras... Dentro de la primera etapa de la Edad Media entre el siglo X y la primera mitad del siglo XIII predominaban los juglares épicos (poetas cultos en realidad) que normalmente recitaban tiradas y fragmentos de poesía narrativa o biográfica. A partir de la segunda mitad del siglo XIII y en el siglo XIV predominan más los juglares líricos que recitaban la llamada «poesía cortesana».